Cementerios

También estos recintos sagrados tienen la impronta de la arquitectura popular, pero con cierta monumentalidad. Si bien en las últimas décadas han sufrido una importante transformación, todavía se conservan algunos de interés. El antiguo de Culleredo, por ejemplo, totalmente cerrado con un muro de mediana altura, tiene, para acceder a su interior, una hermosa puerta barroca, cuyo dintel está decorado en sus extremos por pináculos y coronado por una cruz.

La tipología de los panteones oscila desde la simple lápida de piedra colocada en el suelo a verdaderos monumentos, como el panteón de la familia Lembeye, en Culleredo, del siglo XIX, hecho de cantería, siguiendo modelos barrocos, rodeado con una pequeña reja artística, y que tiene, en su parte central, una pequeña torre prismática en la que están pegadas las planchas de mármol con los nombres de los difuntos. Esta torre está coronada por una cruz que imita los modelos de los cruceros del entorno. Otros sepulcros más modernos están decorados con imágenes de santos, ánimas, con un aire ingenuo, semejantes a alguna de las esculturas del XIX que se conservan en varias iglesias del ayuntamiento. Están construidos con mortero, pero pintados con colores.