Edad Antigua

De finales de la Edad de Bronce es el puñal de "lengua de carpa" encontrado en la Ría do Burgo, pudiéndo fecharse en el siglo VII, ante de nuestra era. Sería un predecesor, pues, de los puñais de antenas, típicos de la cultura castrexa.

El hecho de haber sido encontrado en las aguas de la ría ha generado diversas teorías, como la del hundimiento intencionado, con un simbolismo ritual y funerario, por ejemplo; esto explicaría la ausencia de tumbas de esta época.

Es posible que las comunidades que labraron el puñal do Burgo ya habitaran en castros; de hecho, muchos de estos poblados, según las últimas dataciones, son contemporáneos de la época del puñal, aúnque el auge de la llamada cultura castrexa llegará con la Edad de Hierro.

Culleredo es muy rico en castros, existiendo más de una docena, habiendo aparecido en prospecciones hechas en algunos de ellos tégulas (tellas) y restos de cerámica.

La llegada de los romanos va a influir bastante en la vida de los pobladores de los castros, pero se dan dos casos contradictorios: la presencia de personas plenamente romanizadas, ejemplo de lo cual sería la estela funeraria encontrada en O Burgo: dedicada a los Dioses Manes, y en la cual el uso de dos nombre romanos por parte del difunto, Gaius Julius, indica una fuerte impronta romanizadora; mientras que conviven gentilicios y divinidades indígenas, como sucede en el caso de Sésamo: en el castro de San Cosme aparecieron dos aras votivas, dedicadas a la diosa guerrera y céltica Navia, por parte de un Ancetotu, perteneciente a la comunidad de los Sesmaci.

Igualmente en esta época se construiría la vía Per loca marítima, de Braga a Lugo, la cual, según algunos autores, atraviesaría el Ayuntamiento por las parroquias de Rutis y O Burgo.

De la dominación romana quedaron rastros en la toponimia, como Vigovidín (Vicus Vitinii = aldea de Vitinio), o un enterramiento, del siglo VI, en el lugar de La Hermida.

Probablemente, en este momento quizás se configuran parte de los actuales núcleos de población, como Orro, Vilaboa, etc., puesto que la política de los romanos era que los habitantes de los castros abandonaran éstos para vivir en los valles, donde podían estar mejor controlados militarmente.